Deja de pensar demasiado

¿Qué pasa si no hay suficiente tiempo en el día para todo eso y su trabajo? Eso significa que su trabajo no es adecuado para ella.

Susie tiene mucho que hacer hoy. Ella mira su horario y se pregunta con algo de pánico cómo va a encajarlo todo. Su colega de trabajo, al verla sobrecargada y hundida en pensamientos ansiosos, interviene con una sugerencia: ¿por qué no hacer una pequeña meditación en la pausa del almuerzo? Se ha demostrado que la meditación reduce los niveles de estrés, ¿verdad? Pero a los cinco minutos de meditación, Susie grita por dentro y se da cuenta de que ahora tiene menos tiempo que antes y no puede concentrarse porque solo puede pensar en la cita que tiene a las 2:30...

Las técnicas clásicas de relajación que muchas personas sugieren no son de ayuda si la causa de nuestro estrés es en realidad una mala gestión del tiempo. Susie se beneficiaría de solo dos cosas: una forma mágica de agregar más horas al día o un horario que administre mejor su tiempo. Si bien la meditación, el estiramiento, etc. pueden ayudarnos a lidiar con el estrés inevitable que tenemos encima, también podemos minimizar el estrés al que estamos expuestos en primer lugar al administrar mejor nuestro tiempo. Este capítulo trata sobre técnicas inteligentes y probadas para tomar el control de esta manera.

La ansiedad y el pensamiento excesivo tienen una forma de «fracturar» nuestra atención y crear caos y confusión. Sin embargo, cuando deconstruimos todos estos pensamientos, vemos que muchos de ellos son solo ruido y no necesariamente tenemos que entretenerlos. Tal vez estás principalmente preocupado por tu salud, y esa única preocupación deriva en un millón de pensamientos de perder tu trabajo, de morir, facturas médicas costosas, etc. y distinguir los pensamientos que descarrilan y distraen de aquellos en los que realmente puedes hacer cambios significativos.
Aportes

Ahora que hemos identificado qué es pensar demasiado, necesitamos saber cómo combatirlo. Hay muchas cosas que puedes hacer para eliminar el estrés y calmar una mente ansiosa y que piensa demasiado que son simples pero efectivas.
Lo primero que debes recordar es un mantra llamado los 4 principios de la gestión del estrés. Estos son evitar, alterar, aceptar y adaptar. Evitar cosas implica simplemente alejarse de las cosas que no puedes controlar. Algunas cosas simplemente no valen la pena y es mejor eliminarlas de nuestro entorno por completo. Sin embargo, si no podemos evitarlo, debemos aprender a alterar nuestro entorno para eliminar el factor estresante. Si no podemos alterar nuestro entorno, no tenemos más remedio que aceptarlo. Por último, si no podemos hacer mucho acerca de la situación, debemos adaptarnos a ella y aprender a lidiar con nuestro factor estresante y reducir su potencial dañino al mínimo.
Otra técnica popular es llevar un diario. Cuando pensamos demasiado, tenemos toneladas de pensamientos diferentes arremolinándose en nuestra mente, lo que puede resultar abrumador. Sin embargo, cuando los escribimos de manera sistemática, podemos analizarlos y evaluar si estos pensamientos se merecen en absoluto. Para desarrollar el hábito, puedes llevar un diario de bolsillo y escribir cuando lo creas necesario.
Una tercera técnica que tenemos se llama técnica 5-4-3-2-1. Esto es muy eficaz para detener los ataques de pánico, y lo logra al involucrar los cinco sentidos. Entonces, cada vez que sientas que el pánico te supera, busca cinco cosas a tu alrededor que puedas ver, cuatro cosas que puedas tocar, tres que puedas oler, dos que puedas oír y una que puedas saborear. Involucrar tus sentidos distrae a tu cerebro del pensamiento excesivo.