típicos viajes de aprendizaje de los jóvenes herederos de la élite criolla, que tan bien se retrataron en la tradición literaria argentina: en novelas de la generación de 1880, como Música sentimental (1884) o Sin rumbo (1885), de Eugenio Cambaceres, y en las de principios del siglo XX, como, por ejemplo, Los caranchos de la Florida (1916), de Benito Lynch.