En nuestras vidas a cada rato utilizamos energía sin estar conscientes de ello; por ejemplo, al presionar un interruptor para encender la luz o los aparatos electrónicos, cuando abrimos la llave del agua caliente para bañarnos, cada que preparamos nuestros alimentos e incluso al encender el motor de un auto en el que nos trasladaremos a la escuela, al trabajo o al lugar donde disfrutaremos de las vacaciones. La energía nos permite mejorar nuestras condiciones de vida de muchas maneras.