Viajar ligero

el recorrido perfecto es aquel en el que, al final, ya no tienes nada que dejar, te has deshecho de todo. Y nadie a quien dar, nadie siente dolor por tu muerte. Solo así puedes irte en paz de verdad, igual que se va un soplo de viento:

La vida no es como ha sido, sino como la recordamos.

Tenemos «huérfano» para quien pierde a un padre, «viudo» para quien se queda sin cónyuge, pero el vacío de la desaparición de un hijo es tal que ninguna palabra lo define, como si nada pudiese contenerlo, delimitarlo.

Todo cambia: lo hace el tiempo, el significado de las palabras, incluso el de las emociones.

«hay cosas que hay que respetar» (¿aprisionándolas y olvidándolas?) o «es por el placer de poseer» (¿sin utilizar?).

Demasiada gente tiene una proyección de sí misma en el mundo que estorba, que excede el espacio que les ha concedido el destino. Despliegan un egocentrismo reencontrado y ampliado hasta el punto de que ya no se ponen en el centro del mundo, sino que ponen el mundo en el centro de ellos mismos.

Grandes empresas como Samsung o Allianz pagaban para que sus empleados pasaran una jornada no en el trabajo, sino despidiéndose de ellos mismos, con la esperanza de que después no se suicidaran de verdad.

En cualquier momento, en cualquier lugar, los amores acaban, el dinero se pierde, las condiciones de vida cambian

En cualquier momento, en cualquier lugar, los amores acaban, el dinero se pierde, las condiciones de vida cambian;

Personalmente, me siento seducido por una ambición opuesta, horizontal.