La muerte

no pronosticarse sino adivinarse, el no saberse de memoria sino de intuición.

Ahí tocó fondo su desesperación, y, paradójicamente, eso mismo le permitió rehacerse

ansiosa curiosidad por disfrutar la nueva certeza.

Conviene que te prepares para lo peor

bendita, querida, dulce, afrodisíaca, abrigada, perfecta rutina

pero que esa verdad fuera su salvación y no su condena

Se miente más de la cuenta por falta de fantasía: también la verdad se inventa.

ANTONIO MACHADO

enfrentó a un estado de ánimo que le pareció una revelación.

sin su minuciosa lectura del diario en el café,

sin los libros como borrachera;