Piercing

Todos van por ahí comparando las heridas, como culturistas luciendo músculos.

Es vital que aquellos que se encuentran en el lado receptor de la violencia se pregunten sobre su motivo. Una verdad triste y amarga, pero importante.

Chiaki creía que si elegías algo doloroso, aceptabas el dolor y algo bonito quedaba en tu cuerpo como resultado, te hacías más fuerte.

El ciclo de terror que empezaba con la súbita toma de conciencia de que ella era la única culpable de todo lo que iba mal a su alrededor. Una vez que empezaba la Pesadilla, ya no era ella la que elegía el dolor —éste la elegía a ella— y lo menos que tenía era valor.

Poder elegir tu propio dolor; da un poco de miedo, pensó, pero también es maravilloso.

amor y la violencia se volvían tan indisolubles en ellos que cuando crecían y entablaban una relación, sólo la histeria les tranquilizaba. La amabilidad, la suavidad —cualquier cosa en esa línea— sólo causaba tensión, ya que no había forma de saber cuándo se convertiría en hostilidad.