Lagartija

Si hubieras conservado un poco más la calma y me hubieras dado a entender, sin esa forma de hablar tan vulgar, que me habías echado de menos, a lo mejor ahora nos habríamos ido a alguna parte a pasar la noche juntos. Nos habríamos encerrado en una habitación durante uno o dos meses, sin volver a casa, y lo habríamos hecho sin parar, como en los viejos tiempos. Olvidándonos de todo lo demás. Seguro que habría arruinado lo de mi boda, pero qué más da.

cuando lo conocí supe lo que significaba de verdad sentirse sola. Ni mi padre, ni mi madre, ni el poblado ni Akira pueden pensar por mí: si hago algo, soy yo la que lo hago, decido todo por mí y no podría estar en otro lugar más que en éste.

Me gustaba verla ponerse el abrigo. Su cuello, cuando se agachaba para calzarse. Cómo volvía los ojos al mirarse en el espejo. Distintos aspectos de ella en distintas situaciones. Las células que se morían. Las que no dejaban de formarse.

Su silueta parecía una sombra chinesca. Una criatura de una especie distinta a la mía que vive a gusto en la oscuridad.

Normalmente pasábamos el rato en el piso, apagábamos casi todas las luces y apenas hablábamos. La mayoría de las veces nos quedábamos embobados escuchando música

Puede que, en realidad, quisieran cruzar la noche y marcharse lejos de allí

Ahora, al recordar esa época, me parece la más oscura de mi vida.

No hay remedio, son cosas que hice y ya no hay remedio», pensé.

Me quedé sin palabras. Comprendí que el mundo no se movía porque yo pensara esto o aquello; él, yo y el resto de la gente estábamos atrapados en un gran torbellino y, aunque no nos molestásemos en pensar y sufrir tanto, la corriente acabaría poniéndonos en nuestro sitio.

Aquel piso me aceptaba tal como era sin condiciones de ningún tipo.

Y todo gracias al fluir del río.

No sé por qué, pero nunca me sentía tranquila, siempre me deprimía. Sólo pensaba en cosas lejanas.

Cuando comía, me cambiaba de ropa, dormía o bebía café con el sol de la mañana, pensaba vagamente en el rumor del agua. Me olvidaba de cosas importantes o sentía que debía arrepentirme por algo.