Aquella composición hablaba de tristeza, de despedidas, de
separaciones llenas de dolor, de un amor que no fue fácil, que coqueteó
con el rencor. Una cadencia que mostraba un universo imposible de
alcanzar, cientos de miles de estrellas que no se podían tocar.
Pero Kathia disfrutó, aunque hubiera entendido lo que contenía cada
nota.