En ausencia de relaciones humanas establecí vínculos con los personajes del papel; viví el amor y la pérdida a través de los relatos hilvanados en la historia; experimenté la adolescencia por asociación. Mi mundo es una red entretejida de palabras, encadenadas de miembro a miembro, de hueso a tendón, pensamientos e imágenes juntos. Soy un ser compuesto por letras, un personaje creado con frases, un producto de la imaginación formado a través de la ficción.