nadie le gustan las ataduras, a mí la primera. Pero, de todos modos, me alegra ser su esclava, su esclava voluntaria, y ¡consentírselo todo, todo, con tal de que esté conmigo, con tal de que me mire! Creo que hasta le dejaría amar a otra mujer, con tal de que fuera en mi presencia, de que yo estuviera a su lado... ¿Verdad que es una bajeza, Vania?