Lo que un líder no debe delegar

La creación del capital intelectual se explica en gran medida por la calidad del liderazgo.

Entre sus conclusiones más significativas están que las empresas admiradas –y que han sobrevivido a más de tres crisis– mantienen intactas dos cosas: su visión y sus valores.

Una buena estrategia no es mejorar lo que uno hace, sino ser diferente en lo que uno hace.
Michael Porter

la mayor creación de valor en una empresa radica en su modelo de negocio y en la manera de alinear la organización y la cultura de innovación.

Esta teoría y los principios son fáciles de entender, pero muy complicados de implementar porque requieren tiempo, tenacidad, consistencia y un gran liderazgo que logre inspirar y entusiasmar a toda la organización.

Todos sabemos que las amenazas existen, pero generalmente tendemos a darle poca importancia a la probabilidad de que sucedan, sin darnos cuenta de que quizá sean oportunidades de negocios para competidores o nuevos jugadores y que pueden materializarse antes de lo que pensamos.

Fuimos educados mediante patrones de poder y ahora es necesario sustituir los viejos esquemas por nuevas alternativas de colaboración.

Un buen líder debe dividir su tiempo en tres partes: aprender, crear y ejecutar.

Hay directores que deciden trabajar con una nueva visión y la publican y difunden con gran entusiasmo, pero cuando la gente ve que el equipo directivo no tiene las habilidades para implementarla se produce una gran ansiedad. Aunque se cuente con las personas adecuadas, si no están alineadas y trabajan en equipo se crea una gran confusión, y si no hay recursos para invertir en una nueva visión se genera frustración.

El despido de directores generales por parte de los Consejos de Administración ha aumentado en forma alarmante, y los promedios de estancia en esos puestos no superan los cinco años. Aun cuando han aparecido miles de publicaciones de negocios intentando ayudar a los ejecutivos a reinventarse, solo han logrado hacerles la vida más complicada, pues las teorías son únicamente piezas en el rompecabezas del proceso, y cuando se aplican de forma aislada, los resultados no son significativos.