Aquí solo contratan a muertos vivientes como nosotros. En la fábrica todo es como en las casas de apuestas. Si pierdes, eres un esclavo, y si ganas, un tirano. El salario es bajísimo, pero tenemos la comida, la ropa y un lugar para dormir garantizados. Hacía tanto que no me tenía que preocupar por las cosas esenciales de la vida… La rueda de la ruleta es antigua, pero no está trucada, y estoy ganando bastante.