De una poética que rebana el día. Llena de melancolía y vigor, luz e irremediable fuerza del destino. Esta antología da cuenta del mucho color, de las ondas, de un movimiento perenne y de mucha tristeza.
Acaso su bondad mayor sea el artificio mismo del lenguaje que en épica policromía da cuenta de lo ineludible. En mi opinión, en El baño del centauro alcanza el mejor equilibrio entre fondo y forma. Destaca la ligereza del pudor, el soneto preciso y la mirada provocadora.