Continuación de la novela Miradas.
Un cadáver flotando en el embalse de Zorita, sobre las aguas contenidas del río Tajo, rompe la monotonía de los pueblos colindantes y la tranquilidad de sus gentes.
El cabo Cariel, de la Policía Judicial del Puesto de Azuqueca de Henares de la Guardia Civil, un hombre profesional, meticuloso, impulsivo y obsesivo, recibe el aviso para hacerse cargo de la investigación.
Mientras tanto, con cuarenta años, la vida sigue… Tomás e Isabel tratan de buscar la felicidad, el amor y el consuelo. ¿Qué pasará con sus vidas? ¿Qué acontecimientos marcarán sus destinos? ¿Volverán sus vidas a cruzarse?
Amor, pasión, sexo, rabia, locura, en definitiva, sentimientos y vida; porque de eso se trata, de vivir, cada uno como pueda y le dejen.
«El triunfo de una vida es encontrar a la persona adecuada que te acompañe a vivirla»