Trans

Las personas trans no deberíamos aspirar a ser iguales en un mundo que siga siendo capitalista y patriarcal, y que explote y humille a aquellas personas que vivan en él. En lugar de eso, deberíamos aspirar a la justicia tanto para nosotras como para las demás.

Las mujeres trans y otras personas trans asignadas hombre al nacer pueden sufrir ansiedad al acceder a servicios para mujeres debido a su percepción de que no son bienvenidas y a la narrativa mediática que las plantea como un riesgo para las mujeres cisgénero. Aunque la mayoría de las organizaciones femeninas importantes del Reino Unido afirman públicamente que sí apoyan a las mujeres trans supervivientes, sigue habiendo actitudes hostiles hacia las mujeres trans en el sector.

Las personas trans pueden tener relaciones con personas cis o con otras personas trans, y salir con hombres, mujeres o personas no binarias. Esta realidad no se representa a menudo en los grandes medios, y en consecuencia mucha gente trans acaba creyendo que transicionar puede implicar acabar con el amor de su vida

Creo que ahora mismo el movimiento solo se centra en políticas inclusivas para el trabajo y en celebrar esa inclusión, y eso está genial, pero se olvida por completo de la gente a la que ya se ha dejado atrás, como las personas trans y las personas sin hogar. Nuestro planteamiento es que no necesitamos una política para hacer inclusivos los centros de trabajo, sino que necesitamos un techo. Eso contestamos cuando todo el mundo dice: “¿No está genial que esta organización tenga baños mixtos?”. Sí, claro, pero esa ya tendría que ser una regla general igualmente.»

Así, las personas trans racializadas tienden mucho más a tener necesidad de apoyo y vivienda —y, además de las barreras institucionales que puedan afrontar por ser trans, es razonable asumir que se encuentran con barreras parecidas debido a la raza—.

La gente trans —una minoría de una minoría— está desproporcionadamente sobrerrepresentada en la población sin hogar: una de cada cuatro personas trans han vivido en la calle.

El rechazo y el alejamiento de la familia conllevan implicaciones devastadoras para la salud a largo plazo. También tienen un impacto material. Para algunas niñas, la única opción es irse de casa. Otras no tienen ninguna opción: sus padres las echan. En consecuencia, las adolescentes y jóvenes trans tienen muchas más probabilidades de vivir en la calle que sus homólogas cis.

El consenso general en sociología es que el pánico moral puede dar lugar a cambios políticos reaccionarios y medidas punitivas con un impacto importante en los derechos civiles, y puede igualmente hacer que las instituciones —como los colegios— duden más a la hora de defender el grupo que se señala. Es más importante que nunca que las personas responsables del bienestar y la educación de la infancia tengan una formación adecuada y estén informadas de la evidencia para poder proteger a las infancias trans.

Esta última idea está basada en el hecho de que hay cierta evidencia de que existe una conexión entre ser trans y ser autista: las personas autistas tienden más a sufrir disforia de género y, por tanto, identificarse como trans. (Sin embargo, aún no hay evidencia suficiente que indique por qué se supone que eso es así.)

Finalmente, la demonización también se basa en predicciones sobre el comportamiento del grupo