Si viviéramos en un lugar normal

Mis contendientes eran mis seis hermanos y mi papá, todos ellos tecnócratas altamente calificados en las estrategias de sobrevivencia en una familia numerosa.

las quesadillas de pobre, en las que la presencia del queso era literaria: abrías la tortilla y en lugar del queso derretido mi madre había escrito la palabra queso en la superficie de la tortilla.

Mi madre vigilaba el estado de la nación desde el comal, dando vuelta a las tortillas y controlando los niveles de cólera de mi papá.

Las quesadillas de pobre, y en consecuencia todas las categorías de quesadillas, están inspiradas en las enchiladas de pobre de mi abuela María Elena. ¿Cómo estás, abue?

Les quedó bonita.

Todos sonreímos encantados: teníamos una dentadura blanquísima y perfecta

¿Un cuarto para que mi mamá llore?

Un piso o dos pisos?

–¡Dos pisos!

–¡Dos pisos!

–De acuerdo. ¿Qué ponemos en el primer piso?

–La cocina.

–La sala.

–Mi cuarto dentro de la cocina –quiso Electrapara estar cerca de las quesadillas.

–¡Y dentro del cuarto de Electra un baño!

–¡Y dentro del baño un cuarto para ver la tele!

–¡Y dentro del cuarto de la tele un jardín!

Tienen que salir de esto.

–¿De esto, qué es esto?

–¡Esto!

–Es desacato de la realidad.

–Hay prisión sin fianza.

–¿De qué están hablando?

–¡Salgan!

La batalla también se libraba en la cabeza del Agente Greñas, donde los chinos torturaban sin piedad a los lacios

Mira, papá, ése es el encorbatado!

–¡Ése! ¡No puede ser!

–¿Tampoco eso puede ser? ¿Por qué? ¡Es él! ¡Estoy seguro!