en la era de la información digital, caracterizada por la abundancia de información, los documentos digitales son frágiles y su riesgo de pérdida es alto, incluso mayor que el de los materiales analógicos. Por ello, la preservación digital representa uno de los más grandes desafíos que tienen ante sí las instituciones de la memoria.
Es necesario que se conserven y se garantice el acceso, ahora y en el futuro, tanto de los contenidos que durante las últimas décadas se han digitalizado, como de los materiales cuyo origen es digital.