Obras reunidas IV. Ensayos sobre literatura mexicana del siglo XX

tengo gran fe en los locos. Mis amigos la llamarían confianza en uno mismo

Respecto de la locura. Bueno, yo creo que la locura es esencialmente un desarreglo del habla. La locura es un malentendido por excelencia. Por eso es tan difícil de curar.

A veces estoy en el terreno de la sinrazón con largos intervalos de sanidad horribles

Soy constitucionalmente sensible, soy nervioso de manera anormal.

Crear un personaje no quiere decir crear un personaje real

aunque Elizondo escribe cosas crueles es muy cortés

José Emilio Pacheco, Inventario, “Ficción de la memoria y memoria de la ficción”, Proceso, núm. 1412, 23 de noviembre de 2003, pp. 72-73

Fresca y desprejuiciada, Campobello en su actitud lírica ofrecía no algo más que los endulzados cuentos que publicaban las mujeres de la época en las páginas del hogar, sino un giro en semicírculo, para quedar ubicada, solitariamente, en oposición a aquella prosa

Resquebrajaría el monumento de la estética romántica a la mexicana, pues no incurre en patrones didácticos, ni moralizantes, ni críticos de las costumbres.

la literatura realista-naturalista de Campobello resulta fascinante porque, a semejanza de cuanto movilizaron las masas revolucionarias, la escritora desacralizó un concepto literario y una moral decimonónicos,