La ultraderecha, los lobbies y Trump quieren que te quedes viendo series sin imaginar un futuro mejor. Mientras, todo lo que garantizaba el bienestar de la gente va desapareciendo. Sin protección social, sin igualdad, sin crecimiento económico, sin sanidad pública, sin trabajo…, ¿vamos a seguir llamándolo Primer Mundo? Como dice Sánchez-Cuenca, “Lizoain ha escrito un libro fundamental para entender los cambios acelerados que se están produciendo en los países desarrollados, el llamado ‘Primer Mundo’”. No se trata de una crisis económica, sino de la crisis de un modelo global, y con este panorama, ¿quién aspira a vivir tan bien como la generación anterior? Parecería imposible, pero no lo es. La prueba es que vivimos mejor que nunca, y eso es gracias a las conquistas sociales de las generaciones anteriores. Se ha hecho antes y existen muchos argumentos para rechazar el conformismo y apostar por el poder transformador de la política. Esta apuesta empieza por una política ambiciosa que supere las diferencias dentro de la izquierda para afrontar un mal mayor: el fin del Primer Mundo