Robert también está aprendiendo español ¿verdad?
—Oh, sí —aseguró Robert sin saber qué más decir.
—Hermosa ¡qué ilusión! —aplaudió la señora Antonia—. Eso es maravilloso.
—Di algo en español, cariño —le animó Bárbara.
—¡Gilipollas! Eh, tú, cabrón. Mierda —