En primavera

empecé a pensar que el conocimiento académico, la experiencia académica y el entendimiento tampoco era nada más que una defensa contra la vida al desnudo. Y que la mayoría de los libros, películas y obras de arte también lo eran.

Por esa razón escribí que el autoengaño es lo más humano de todo. El autoengaño no es una mentira, es un mecanismo de supervivencia.

El suicidio puede ser también una manera de crear sentido. Es un acto, y los actos siempre significan algo, no solo en sus consecuencias, sino también en sus intenciones.

porque las novelas se escriben para aclarar aspectos de la vida humana, para que algo que existe pero que tal vez no tenga forma adquiera una y se haga visible.

ocultamos todos nuestros errores y faltas construyendo historias que los convierten en algo a nuestro favor. El autoengaño tal vez sea lo más humano de todo.

Quizá lo siguiente no sea más que un autoengaño: la vida fácil no es deseable, lo sencillo nunca es una solución satisfactoria, solo la vida difícil es una vida completamente satisfactoria.
Yo no lo sé. Pero creo que es así.
Lo que habla en contra de eso es que yo os deseo a ti y a tus hermanos vidas sencillas, fáciles, largas y felices.

Con los años, me he vuelto más determinista, pienso cada vez con más frecuencia que uno no tiene elección, que uno maneja las situaciones que surgen basándose en las situaciones en las que uno se ha encontrado y ha manejado en el transcurso de la vida.

En realidad, en las personas hay mucho más de lo que se ve a simple vista, y para una pareja resulta muy fácil mostrar una fachada común, yo conocía a varias parejas perfectas que ya no eran pareja, pero hay algo que no se puede fingir: armonía y confianza recíproca.

Liv Ullmann adaptó al cine Conversaciones íntimas, y yo estaba como hipnotizado por esa película cuando la vi con veintisiete años. No debí de entender gran cosa de ella, al menos como la entiendo ahora. Pero tenía una enorme fuerza emocional contra la que no disponía de defensa.