Desde que se abrió la Agencia de Citas Intergaláctica, Vertumnus solo ha tenido ojos para una mujer: la única que no puede tener. Así que cuando Flora acude a él en busca de ayuda, le hace una propuesta indecente, sabiendo que ella nunca la aceptará.
Hasta que dice que sí…
Flora siempre ha preferido las plantas a las personas, pero ahora se ha quedado a cargo de recoger los pedazos de la granja de su tía… y las vidas de las chicas que trabajan allí. Desesperada, le pide ayuda al contable de su tía, diciéndole que hará cualquier cosa para compensar su parte en todo este lío.
Bueno, casi cualquier cosa…