«fenómeno Trump» debe interpretarse como la mejor expresión de una crisis, con antecedentes en los decenios de 1960 y 1970, cuando surge lo que se conocería como la nueva derecha —que en rigor no era nueva, aunque sí poseía un sobresaliente extremismo de derecha radical—, cuyas secuelas populistas, nativistas y racistas se han extendido hasta el presente (Hernández Martínez, 2017).