nombre de apartheid. Con perjuicio para la verdad y la exactitud, dicha noción ha sido adscrita al hoy inexistente régimen blanco de Sudáfrica. Lo cierto es que se había practicado el apartheid desde tiempos inmemoriales. Simplificando mucho, se trata de una doctrina cuyos partidarios discurren del siguiente modo: «Todo el mundo puede vivir como le dé la gana, sólo que bien lejos de mí si esa gente no pertenece a mi raza, a mi religión y a mi cultura.» Pero ¡ojalá tan sólo se tratase de eso! La realidad es que nos hallamos ante una doctrina de desigualdad del género humano, premeditada y programática. Los mitos y las leyendas de muchos pueblos y tribus rezuman la convicción de que sólo nosotros –los miembros de nuestro clan, de nuestra comunidad– somos seres humanos; todos los demás son, como mucho, infrahombres o cualquier cosa menos personas.