La mercadotecnia es responsabilidad tuya. No debes cederla a nadie; no existe una empresa mágica —ni siquiera la mía— que pueda reemplazarte haciéndolo. Por famoso que seas, por abundantes seguidores que tengas en Twitter, por fuerte que sea la suma que puedes gastar en este rubro o por imponentes que sean tus acreditaciones, ese deber recae en ti y no será fácil que lo desempeñes.