la fiesta llamada de los Tabernáculos, el judío meneaba el aire agitando ramas de sauce y siguiendo un cierto ritmo, era para provocar que el viento se levantase y la lluvia cayese; y se creía que el fenómeno deseado resultaba automáticamente del rito, siempre y cuando éste hubiera sido realizado correctamente.40 Eso es, por cierto, lo que explica la importancia primordial que atribuyen casi todos los cultos a la parte material de las ceremonias. Este formalismo religioso, que muy probablemente es la forma primera del formalismo jurídico, proviene del hecho de que la fórmula que hay que pronunciar, los movimientos que hay que ejecutar, al tener en sí mismos la fuente de su eficacia, perderían ésta si no se conformasen exactamente al tipo consagrado por el éxito.