Haiku-dô

El haiku es una criatura autónoma, que vive sin necesitar de las explicaciones de su autor.

El mundo utiliza nuestras mentiras para verse a solas con nosotros en momentos privilegiados.

El tanka habla de amor y Naturaleza, ambos temas muy caros al alma japonesa; pero el haiku, al haber dejado a un lado los sentimientos amorosos, encarna el que tal vez sea el auténtico corazón de lo japonés: su dimensión mística.

En este haiku de Onitsura la alondra sube para subir y baja para bajar.

Es un haiku que sube y baja. Tiene el vértigo mismo de la vida real

Tras el último verso de un haiku no hay nada. No hay información supletoria; hay el abismo, la nada absoluta. Lo que no se nos haya dicho en el haiku no ha existido en ese instante, ni va a existir nunca.

Si queremos decir «Sabes de qué va todo esto ¿verdad?», en japonés diremos Kimi ni mo mi ni oboe ga aru darô («También para ti hay una memoria en el cuerpo, ¿no?»). La conmoción espiritual sucede en el reino de lo corporal. Y se llama en japonés aware.

Es ésa la razón de que el estudio del haiku pueda convertirse para nosotros en un camino espiritual.

En este libro se proponen setenta haikus como setenta enigmas dispuestos a ser descifrados. Con el convencimiento de que todo esfuerzo por desvelar un haiku tiene como resultado el desvelamiento del corazón de quien lo intenta.

tu haiku no es lo que has sentido, sino lo que haces sentir a otros a partir de eso que has experimentado.