escribir sobre el asesinato de cientos de mujeres en Ciudad Juárez, Rita Laura Segato argumenta que allí como en el Holocausto “las condiciones históricas que nos transforman en
monstruos o cómplices de los monstruos nos acechan a todos”.1 A lo anterior es necesario añadir otro factor presente en América Latina, donde la “guerra contra el comunismo” llevó a asesores estadunidenses que se mantuvieron distantes de las atrocidades cometidas en el campo, a la vez que proporcionaban una justificación para ellas, las armas y el entrenamiento.