La caída de los gigantes

irectivos de la mina

Perceval Jones,

Era estúpido, pero la gente necesitaba odiar a alguien y los periódicos siempre estaban dispuestos a avivar el fuego del rencor.

El Manchas escribió sus nombres en un libro y luego los condujo al despacho del capataz

Arthur Llewellyn el Manchas

Ethel vivía y trabajaba en Ty Gwyn, la mansión inmensa del conde Fitzherbert

Ethel tenía dieciocho años

La madre de Billy se llamaba Cara

El padre de Billy era representante minero de la Federación Minera de Gales del Sur, el sindicato más fuerte de toda Gran Bretaña

Billy cumplía trece años

Len Griffiths creía en la revolución y siempre albergaba la esperanza de que la siguiente disputa fuera la chispa que provocase el incendio.