«Cuando quieren ir a la “vauderie”[29] untan una vara de madera de un ungüento que les había entregado el Diablo, así como las palmas y la totalidad de las manos; después ponen la vara entre las piernas y vuelan por encima de pueblos, bosques y aguas, llevándoles el mismo Diablo al lugar donde debían celebrar su asamblea.