Siendo consciente de que le gustaba que le dejasen solo un rato después del almuerzo, le pregunté si alguna vez se tomó una siesta. «¡Oh, no! —respondió—. Pero, eso sí, alguna vez la siesta me tomó a mí»
Leslye Padillaцитирует5 лет назад
cuando el alma redimida, más allá de toda esperanza y casi más allá de la fe, descubra al final que ha complacido a Aquel por quien fue creada para complacerle