Alimentar el espíritu. Las personas exitosas se mantienen conectadas a su esencia superior. Dedican espacios de meditación, reflexión, reenfoque o visualización de las metas que deseen alcanzar en el corto, mediano y largo plazo. Se sienten en conexión con el propósito, la misión y la visión de sus objetivos superiores como seres integrales. Este es un gran factor de éxito.