Los ojos de mi princesa 2

Sin amor, las palabras son sólo ruido. Sin amor, las filosofías de crecimiento humano son basura. Sin amor, la sabiduría y la esperanza no trascienden. Sin amor, los actos de generosidad y sacrificio por otros, son una simple farsa egocéntrica.

El amor sabe soportar los errores de otros; el amor es bondadoso; el amor no tiene envidia, no es presumido, no es orgulloso, ni grosero, ni egoísta, ni altanero, ni vengativo, ni guarda rencor. El amor detesta las injusticias y se alegra en la verdad. El amor jamás dejará de existir.

¡Entiéndeme! Yo no me despedí. No le dije “que te vaya bien, que seas feliz”… Sólo me fui de su vida con la excusa del desengaño…

El amor nos brinda energía. ¡El que no ama, se marchita!

¡Yo quiero ser fuerte!

He analizado el trilema

La realidad no es sino el resultado de lo que deseamos

Por si fuera poco, en el horizonte se dibujaban los trazos luminiscentes de una tormenta eléctrica.

Te amo de verdad. Como jamás creí que se pudiera amar. Eres mi verdadera Sheccid.

Esa fue la despedida.

Si de algo sirve, te diré que llegaste a ser parte valiosa de mi adolescencia. Muchas veces me ayudó sentirme tan amada. Pero yo ya crecí. Espero que también lo hagas.

DESPIERTA hablas, y al hablar, vibrantes

tus palabras, parecen

lluvia de perlas que en dorada copa

se derrama a torrentes.

DORMIDA, en el murmullo de tu aliento

acompasado y tenue,

escucho yo un poema que mi alma

enamorada entiende.

¡DUERME!