Leyendo este libro ya te habrás dado cuenta de que, cuanto más luchamos contra nuestros demonios (ansiedad, miedo, ira, relaciones difíciles, etc.), más fuertes se hacen. Estamos acostumbrados a luchar contra todo lo que no nos gusta o nos causa dolor, pero, al hacerlo, activamos cada vez un conflicto interior que no hará más que desconectarnos del momento presente y alimentar un estado de tensión y frustración.