―Hay demasiado del mundo para ver primero. ―Froté mi pulgar sobre su mano―. Y quiero verlo todo contigo.
Un rubor de placer trepó por su cuello y su rostro.
―¿Es una promesa, Chen? Porque te obligaré a cumplirla.
Sonreí, preguntándome cómo mierda pensé alguna vez que Jules era otra cosa que mi pareja perfecta.
―Es más que una promesa, Red. Es una garantía.