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David Mamet

Los tres usos del cuchillo

  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    obra toca a su fin cuando se desvela lo que se mantenía oculto y nosotros sentimos la plenitud porque recordamos. Evocamos cuando el mundo estaba trastornado. Evocamos la introducción de aquel «elemento nuevo» que desestabilizaba un mundo que nosotros habíamos creído que funcionaba bien. Evocamos los esfuerzos cada vez más enérgicos del héroe o de la heroína (que nos representa sólo a nosotros) por volver a encontrar la verdad y restituirnos la paz (al público). Y en una buena pieza teatral recordamos que cada intento (cada acto) parecía ofrecer la solución, que lo examinábamos extasiados y que nosotros (el héroe) nos sentíamos profundamente decepcionados cuando comprendíamos nuestro error, hasta que: al final de la obra, cuando creíamos haber agotado todas las vías posibles de investigación, cuando carecíamos de medios y de recursos (o al menos lo parecía), cuando no éramos más que impotencia, todo se recomponía. Se restituía en cuanto se revelaba la verdad.

    En ese momento, pues, en una obra bien construida (y tal vez en la vida analizada con sinceridad), comprenderemos que lo que parecía fortuito era esencial, distinguiremos el patrón forjado por nuestro carácter, seremos libres para suspirar de alivio o llorar. Y entonces podremos irnos a casa.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    el drama hemos creado la oportunidad de enfrentarnos a nuestra naturaleza, a nuestras acciones y a nuestras mentiras. Pues el tema del drama es la mentira.

    Y al final del drama, la verdad –que ha sido omitida, pasada por alto, desdeñada y negada– se impone. Así es como sabemos que el drama ha terminado.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    Como sociedad, como seres humanos, hombres y mujeres, con el carácter de ustedes y con el mío, somos mentirosos por naturaleza. Amamos la mentira, mentimos a los otros, nos mentimos a nosotros mismos y mentimos cuando hablamos de la mentira; aunque si eso forma parte de nuestra naturaleza, ¿de dónde sale la verdad?

    Tal vez en aquel momento final en que el asesino puede reconocer su crimen, el político su mala conducta, el marido y la mujer sus infidelidades. Tal vez ni siquiera entonces.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    Esta fatiga es la causante de que se imponga un anacronismo2. Quién sabe si esta posición del setenta por ciento no es un recuerdo atávico que «ocupa el lugar» del soliloquio; este recuerdo debe de remontarse al antiguo drama, que a su vez se remontaba a las ceremonias religiosas de las cuales procedía.

    Pues el soliloquio es, en esencia, una confesión.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    Los dramaturgos completan este acto con los dones para el diálogo y la inventiva que se les haya concedido, pero la suerte está echada. El alfarero ha cocido la vasija. Sin embargo, el acto aún está por escribir (falta vidriar la vasija) y el autor vuelve a pensar: «Vamos, por favor, si lo tengo en la cabeza. ¿Debo seguir? ¿De verdad quieren que lo ponga por escrito?».

    Solos ante el peligro, ni rastro del campamento... El autor y el protagonista afrontan el tercer acto y están fatigados.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    Según mi experiencia, el autor se cansa exactamente en el mismo momento que el protagonista: cuando se enfrenta al tercer acto. La acción está esbozada, el cometido, si era difícil, ahora está claro, y esta claridad resulta desmotivadora.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    Pensamos que cuando algo no se puede explicar como problema, tal vez debemos intentar explicarlo como solución
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    No sé por qué les cuento todo eso...»: esta frase sirve para identificar un montaje de este tipo. También pueden decir: «Hace muchos años...» o «Cuando era joven...» o «Una vez tuve un gato...», o mostrar la escena en que los personajes, con los brazos abiertos, giran a cámara lenta en una playa.

    La coincidencia no es sólo que esta narración innecesaria se dé con regularidad en obras de teatro y películas, sino que siempre ocupe aproximadamente el mismo lugar: cuando ha transcurrido el setenta por ciento de la obra, un poco antes o un poco después del inicio del tercer acto. ¿Por qué?
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    los grandes dramas vemos que el protagonista aprende esta lección. Y lo que es más importante, nosotros mismos la experimentamos también porque alimentamos unas expectativas y finalmente fracasamos, porque descubrimos que en nuestro interior habíamos llegado a la conclusión errónea y que, despojados de nuestra arrogancia intelectual, debemos admitir nuestro estado pecador, débil e impotente; y que, una vez reconocido esto, tal vez encontremos la paz.
  • Cecilia Magañaцитирует3 года назад
    como la de la magia, como la de la religión –los tres compañeros inseparables–, es infundir un temor purificador.
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