La fotografía de la migración está ahí para hablarnos de lo que les sucede a los que migran, y también para hacernos pensar sobre las circunstancias y las experiencias dolorosas por las que tienen que pasar aquellos que se han echado a andar como muestra suprema de amor, valor, coraje, esperanza o desesperación (por no decir de repudio a lo que pasa en su país de origen). Ahí están las fotografías de esos seres humanos, que habitados por muchos otros seres humanos, recorren trayectos que formarán parte de su cuaderno de bitácora, de su historia y de las historias de quienes, como ha dicho Eduardo Galeano “les han robado su lugar en el mundo”