En Venezuela, la plantación no llegó a alcanzar la importancia y el desarrollo que tuvo en las islas y otras regiones del Caribe, en Brasil y en los Estados Unidos. El sistema de hacienda venezolano tenía otras características: a la mano de obra esclava hay que agregarle una población indígena importante, y aunque algunas haciendas como la de Chuao se regían por una economía similar a la de las plantaciones[10], Venezuela, que formaba parte de las «Provincias Menores», no significó para España lo que significó Saint-Domingue, la futura Haití, para Francia, o lo que significó Brasil para Portugal. Con menor densidad de población y desasistida desde el punto de vista legal e institucional en comparación con los virreinatos, se añade a esto que los esclavos que trabajaban, principalmente en las haciendas, provenían de la región del Congo.
Para nuestras reflexiones sobre las religiones paganas del Caribe, es importante saber que los esclavos de la región del Congo y de Angola pertenecían a una cultura patrilineal, estructurada alrededor del linaje y del culto familiar a los ancestros, a diferencia de los yorubas, ewe-fon, mandingas y otros que, aunque son patrilineales —como la mayoría de las etnias africanas— estaban organizados en estados-naciones, con un gobierno —la casa real— y una religión de estado practicada por todos los habitantes. De modo que, al transportar a un esclavo de nación congo a América, gran parte de su cultura permanecía en suelo africano ligada a su linaje,