Los salmos fosforitos

poema posee un final sin

brindis,

simple y feliz: por lo menos estoy ahí ando por ahí

me alfeñico me rebujo

Aquel periodista recién nacido en el 78

desvencijó mis branquias, mis fiebritas;

es un detalle triste esta noche

brillante

del alma, todo ok? Ojalá se desnude

(rescoldos de hambre!); brillaránbrillarán

brillarán mis descosidos. Nadie sabe coser.

«Llegas demasiado tarde».

Qué vida?

Miraflores sus camisas

sus jeans sus intuiciones!

Como no debería decir «follar»,

procederé a bordear esta germinación con recato:

has estado operando en mí toda la mañana;

me consta que has estado tramando

cambios, transnoches.

«llegas demasiado tarde a mi vida».

No es un detalle simple

no es leche simple: lamimos y relamimos suculencias

de muslos, bandejas

de estadías, platillos

de ponientes, leche, castañas

(verdinegras, süaves);

os cuento que ceñí el gris donaire azul

—con cuchillo, tenedor, con cuchara, las prisas—

de mi enamorado. No tengas prisa!

Ruborízate!

«Berta García Faet, llegas

demasiado tarde a mi vida».

No te cunde la cháchara? Se te antoja

correr? Manjar

con mis creces, licenciado adorado!

Juncos, leche hervida

SORPRESA

somos simples

mortales.

Nunca jamás

te quites

ni de hic ni de allá. Verano. De repente,

tallos lustrosos, cócteles, camelias,

Es como si hubiera besado

a demasiados diablos

en demasiadas ermitas es como si mi nariz

de nimias azaleas

hubiera rozado

a demasiadas cigüeñas

en los elevados campanarios

del grisú,

de la garúa.

Quién anda ahí? Contabilice usted

mis alcancías: libaciones.

Todo llega y todo

se va, contabilice usted

cuán graniza bastante

hoy muy temprano todo.

Qué opinas? Todo cae?

Por si acaso, neo-niña,

no tires tu coraza a la basura vale?

has hecho hoy? Te aburres mucho?

En el fondo del frasquito (a oscuras

en la cocina) encontrarás (si quieres)

3 o 4 cañas de azúcar. De momento,

son las 11.03

pm; nada es

firme; de noche

en noche los

hilos cual los

talles se tensan

cual mi novio

prefiero pasear por las callecitas

perpendiculares, i.e. ovilladas

del universo. Hurra por las coplas

de pie quebrado! Hurra por el meloso té

fogosísimo!

Si el agua no es firme, nada es firme;

no es firme el firmamento

coagulado de semicorcheas. Hurra

por los cañaverales

por los dorados terrones!

Hito de lámparas encendidas, hito,

hito de lámparas encendidas

máquinasdeescribirtodoenganchado

máquinasdecosertodotransparentado

profecías, coplas…

Por dónde atacarás?

Me untarás los labios? Qué has hecho

hoy? Y ayer?

Desde entonces crezco para adentro

como las raíces filosóficas (noli foras ire;

almibaradas, conmigo o contigo,

almenas, cinchas!),

porque me muero adentro, y para afuera

no hago pie

ni hago pie. Es cierto que vendrás?

Más hacia afuera.

Así encaro el principio, Señor, como todos

los principios

de trenes y de soles,

de irrigaciones, cual bebé,

cual mujer española enroscada en la siesta

del brinco conceptual del

ladeado cacareo,

a toda flor