París era una fiesta, el primer escrito de Hemingway que vio la luz póstumamente, despliega el mítico panorama de la ciudad de París, la capital de la literatura americana hacia 1920. La obra es una mezcla fascinante de paisajes líricos y agudamente personales, con otros más contundentes y anecdóticos en torno a sus años de juventud en aquel encantado lugar en el que fue «muy pobre pero muy feliz», en un tiempo de ilusión entre dos épocas de atrocidad. Allí en París conoció a Gertrude Stein, por cuyo estudio pasaba de vez en cuando para ver su colección de pinturas (Picassos incluidos) y para tomarse algún trago. Y fue precisamente Stein quien soltó aquella frase acerca de “la generación perdida” que terminaría por embanderar a varios de los escritores que rondaban por París durante esos años: “Eso es lo que todos ustedes son (…) Todos ustedes que sirvieron en la guerra. Son una generación perdida (…) No tienen respeto por nada. Se emborrachan hasta morir…”.