Apenas había sabido qué hacía el tiempo que había pasado en su antiguo hogar. El sitio le había parecido como un sueño, y también banal. Durante su ausencia, había imaginado aquellos espacios como algo mítico e imposible, pero en cuanto pisó la escalera todo le pareció pequeño, decepcionante, conocido. Había las mismas manchas de uso en la alfombra de la escalera, donde el hilo quedaba a la vista. Había creído que aquella vida familiar había terminado en cuanto la dejó atrás, pero en realidad seguía más o menos inalterable junto a su nueva vida, como si pudiese volver a entrar en ella en cualquier momento.