Jamás podrás escalar esa muralla, pues no eres lo bastante fuerte; las niñas no son lo bastante fuertes; tu cuerpo es frágil y quebradizo como el de una muñeca; tu cuerpo es una muñeca; es para que otros lo admiren y lo mimen; para que lo usen otros, no tú; es una fruta voluptuosa que morderán y saborearán otros; tu cuerpo es para otros, no para ti.
La niña prorrumpió en llanto. Tenía el corazón roto.