El jefe psicópata

poder el único motivo de su vida, que su mente, su voluntad y su tiempo están orientados a ese excluyente objetivo.

Aprendió la forma, pero carece del contenido emocional.

Y esta habilidad de manejar a los demás proviene de un largo aprendizaje: el estudio persistente de la persona común.

Los otros no son significados como personas, como iguales, sino como objetos, cosas, a ser usadas para lograr sus objetivos.

fomentada, además, por un artificio psicológico que lo acompaña desde la infancia: la cosificación de los otros.

Sin error no hay arrepentimiento y sin arrepentimiento no hay corrección del rumbo, sino persistencia.

El poder, entonces, tiene una cara visible y mil ocultas.

Hay un néctar especial que liban aquellos que gozan del poder, tan embriagante que nunca la dosis es suficiente para apaciguar su gula.

Por eso se ha luchado tanto para que exista un registro de violadores reincidentes, para que se los conozca, porque van a violar una y otra vez