Cada día, al salir de casa, te cruzas con un indigente que se parece a ti. Es tu sosias: delgado, alto, pálido, las mejillas hundidas. Eres tú con barba, eres tú sucio, eres tú mal vestido, eres tú maloliente, eres tú con un aro en la nariz, eres tú sin dinero, eres tú con un aliento de chacal, eres tú dentro de poco, eres tú cuando la rueda de la fortuna gire, eres tú echado en el suelo sobre una reja de ventilación del metro, con los pies descalzos y ensangrentados