Fruela Fernández

Este cuerpo que arranca yerba
también morirá

Hacia qué voy, en el tiempo sin padres,
bajo el falso techo

Permitid que renuncie
Permitid
que os apague el microondas

He empezado a morir a conciencia,

Pobre del hombre
que hace hoy un amigo
y mañana otro

Llora, llora al menos
por el romero que no prende,
por la salvia que no prende,
por el tomillo fulminado
Llora por los nimbos y los cúmulos
que no distingues,
y hoy te alivian

CICLO

El conejo
que cazaron los gatos
ya sólo es tráquea
y piel
Tan seco
como la paja seca
Tan de tierra
Ni los gatos lo conocen
Pronto la hierba y las lilas
le irán creciendo
y diremos
Mira,
esta mata fue un conejo

Confiamos en los magos
más que en los amigos.

No se detienen
los aviones
y creemos
que alguna dignidad
nos protege.

Y de qué serviría?
El poema