Rolf Zandén

no existe ninguna suma para el dolor. Debes de aprendértela de memoria.

¿Quién eres sin nosotros?

¿Quién eres

sin el sudor de nuestro dolor,

sin el sudor de nuestras fuerzas?

¿Quién eres sin nosotros?

No eres nada

sin nuestras gotas de sangre

No eres nada

sin nuestras almas desgastadas

¿Quién eres sin nuestros sueños

que se queman en vuestra codiciosa estufa a leña?

Toma tus empáticas miradas

!Y vete con tus vampiros chupa sangre!

¿Quién eres sin la tierra del suburbio

Que secas en tus manos envenenadas

tus falsas acciones?

Toma tu sucio poder

!Y vete a la mierda!

Toma tu alma podrida

!Y vete con tus buitres!

No los puedo contar a todos

todas las veces

que he viajado a casa en el autobús

en el vapor caluroso

de cansados camaradas de trabajo

-todos felices que el día haya terminado-

somos libres

en comparación al uniforme de los trabajadores de la Volvo

la libertad del escritor, ¿qué sabemos al respecto?

Cierto, es nuestro trabajo interesante