Aristandro excitó la confianza de los expedicionarios, diciendo: —Todo esto significa que Alejandro ejecutará hazañas dignas de ser cantadas y aplaudidas, lo que dará que sudar a los muchos poetas y músicos que hayan de celebrarlas.
Alejandro encontró al primer ejército persa a las orillas del Gránico.
Se cuenta que, al librar el combate, el joven monarca macedonio exclamó:
— ¡Y pensar que necesito hacer estas «cosas» para que tengan de qué hablar los vagos de Atenas!