Si «entender» es un vocablo de intuición e inmediatez, «comprender», en cambio, es un término de lentitud y reflexión. Es una palabra compuesta —«com-prendo»— que nos propone que abramos espacio al otro y nos acerquemos a él, aceptando su diferencia. Comprender requiere tiempo, voluntad y también un poco de esfuerzo para superar las distancias, pero abre una posibilidad: aunque no siempre se puede encontrar la sintonía necesaria para entender, en cambio, siempre se puede comprender. Podemos hacer espacio al otro y tomarlo con nosotros: «comprenderlo», justamente.