El sexo es difícil, sí. Pero todo lo que se nos ha encomendado es dificultoso, casi todo lo importante es difícil, y todo es importante. Solo con que usted lo reconozca y llegue a lograr a partir de sí mismo, de su disposición y su carácter, de su experiencia, su ingenuidad y su fuerza, una relación completamente propia con el sexo (no influida por la convención y la moral), entonces ya no tendrá que tener ningún temor a perderse ni a ser indigno de su mejor posesión