Por supuesto que tenía que regresar a las páginas escritas por Pierce para reencontrarme con mi crush literario, la agente especial Riley Paige (no te enojes Bill, son un gran equipo), pero esta vez, se trata de una travesía por los lagos represados de Phoenix, Arizona.
Primero, decir que me resulta un poco difícil establecer una opinión correcta, por que hablar de este nuevo monstro sin spoilear la historia es complejo, en fin; nadie se preocupa realmente cuando prostitutas aparecen muertas en Phoenix, hasta que descubren un patrón en sus asesinatos, entonces se dan cuenta que están tratando con un posible asesino en serie. Es momento de involucrar al FBI, en especial a su mente más brillante para resolver el caso, la Agente Especial Riley Paige.
Riley, recuperándose de su último caso y tratando de lidiar con las consecuencias, está renuente al principio. Pero cuando se entera de la naturaleza grave de los crímenes y entra en cuenta que el asesino pronto atacará de nuevo, se ve obligada a acudir. La búsqueda de Riley la lleva al inquietante mundo de prostitutas, hogares desestructurados y sueños rotos. Aprende que, incluso entre estas mujeres, hay destellos de esperanza, esperanza que está siendo robada por un psicópata violento.
Es un libro demasiado personal para Riley, a pesar de que la investigación la lleva a asomarse al abismo que no esperaba reencontrar, regresa de él entera, consciente y bastante más agresiva, lo que solo hace crecer al personaje, me ha dejado enganchado, la sencillez y ligereza de la historia hace que los momentos difíciles se disfruten muchísimo, es una historia con poca acción, pero mucha reflexión.
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